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De Todas Las Cosas Que No Vemos. Efraín Sánchez Borges.

Paisaje Urbano- close up- Paisaje humano- close up-Paisaje biologico- close up- paisaje virtual- close up- paisaje mental. De las 3 dimensiones a las 10, de la visión general de las cosas a la obsesión por las millones de cosas insignificantes que forman el rompecabezas de todo lo que vemos. ¿Cuáles aceptamos tal cual?, ¿Cuáles simplemente ignoramos?, y ¿Cuáles transformamos para nuestro mejor entendimiento? Es una tema quizá a tratar por la ciencia, pero porque no reportar estas vivencias en la forma mas pura, en palabras de la conciencia de una artista que busca en los vértices del espacio visual, en los nodos que unen la realidad y la ficción que podría interpretarse mas bien como la realidad no entendida o la súper-realidad.


Esta es la obra de Miguel Rodríguez; incesante y obsesiva búsqueda por identificar las piezas asimétricas del caos visual-mental entre el que vivimos, de encontrarle a la imperfección de nuestro propio cuerpo el lugar que ocupa en el concierto aleatorio  de imágenes y anti-imágenes al que están expuestos nuestros ojos desde la primera vez que los abrimos, hasta el día de hoy que creíamos saber de antemano lo que íbamos a ver.


A veces en el juego ocioso y casi infantil de la repetición de imágenes sin un sentido claro, a veces en la secuencia biológica del deterioro de cuerpo humano; el Mike cuestiona, transgrede sus propios limites, nos observa desde su obra y casi siempre termina burlándose de que le intentemos buscar textura y ritmo al autorretrato de unos genitales; sin ser contracultura, es quizá esta postura resultado de las cloacas mentales en las que ha vivido (por su propia decisión) y de la que ha salido como de golpe, invadiendo a cada paso de su obra y sin el menor arrepentimiento todo lo que el decida sea “lo establecido”; exhibiéndolo, caricaturizándolo, llevándolo al limite de lo absurdo.


Miguel Rodríguez no cree en el estilo, ni en el lenguaje, pero tampoco cree en el espacio ni en el objeto, no se si crea inclusive en el arte, por las limitaciones que todo esto pudiera representar cuando de le ocurra la siguiente obra, cuando desentrañe otro misterio dentro de si, cuando se vuelva a lanzar a su precipicio y sobreviva su propia vorágine de un tipo de canibalismo que se degusta a si mismo. Quizá en autoconsumirse sea donde encuentre su obra cumbre, quizá solo nos deje la evidencia de ese proceso y eso lo ira convirtiendo a dosis pequeñas en los videos, las instalaciones, los perfromances, las fotografías que llenaran sus próximas exposiciones. Porque el Miguel arquitecto, fotógrafo, curador, dibujante, poeta, pintor, editor, veracruzano, tamaulipeco, chilango y regiomontano, tiene aun decenas de personalidades que probarse, e ira escogiendo el que se le vaya acomodando para sus propios fines.


Miguel anda en busca de defectos que representar o retratar, los propios y los ajenos, y expresa un deseo incontrolable por poseerlos todos, a cualquier precio para luego observarlos detenidamente y encontrarles su secuencia, su valor de comprobarnos como humanos y como idiotas que le encontramos belleza al cuerpo humano y nos causa repugnancia lo que de ese cuerpo fluye. Pero esa no es una razón, porque la razón no existe, al menos en la obra del Mike, sino mas bien la sinrazón de las cosas que no tienen ni necesita una explicación para su existencia, que simplemente están ahí para que las ignoremos (que es mas fácil) o les prestemos la atención debida, porque ahí esta gran parte de la originalidad de nuestro mundo, en la imperfección de los detalles que forman la gran imperfección que es la vida…de los artistas


En ese transcurso de su vida-obra y como una analogía  de lo que Mike presiente, vemos cada vez más gestos de desaprobación, cada vez mas golpes, cada vez mas marcas, y conforme avanza el rictus de dolor, el objeto artístico toma vida propia, se expande, respira, se queja, nos pone al tanto con una mirada de odio y lastima pero al final cumple con lo planeado, hacernos coparticipes de todo y además culpables. No tanto de sus desgracias como de sus carcajadas que es lo que detrás de todo persigue y obtiene, a costa de nuestras reacciones o de nuestra indiferencia pero que al final nos termina haciendo parte de sus intenciones artísticas. Este transcurso de un autoexiliado de sus propias ideas, de un “homeless” de la teoría, que traspasara cualquier límite con tal de satisfacer sus deseos creativos que en este caso, a veces también son sus más oscuros deseos. Así es la obra del Mike, nada conclusiva, nada razonable, pero comenzando a despuntar como uno de los miembros mas avanzados de una generación que en algunos años alguien llamara “de ruptura” y que Miguel estará dándose de carcajadas en esta realidad o en una que se invente y se mude para allá.


Efraín Sánchez Borges

Monterrey, Nuevo León enero del 2005

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