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¿Cómo Emergió Emergía?. Andrés Jurado Uribe.

El artista cuenta que el proyecto inicialmente fue una propuesta para la Habana, Cuba. La acción se había formulado así: una persona con una pintura del rostro del  Che Guevara en su espalda, correría en su propio sitio, mirando hacia el mar, precisamente hacia Miami, mientras su esfuerzo y su sudor obtendrían una transformación en la imagen del revolucionario dibujado. Por algunas inevitables y posibles confusiones no pudo ser concretada en Cuba.


Pero la idea se amplificó y Miguel encontró que este fenómeno de emergía,  entendido como memoria energética, asociado con las distintas relaciones entre Latinoamérica y sus esperanzas puestas en íconos de cada una de sus nacionalidades, comprendía una manera de reflexionar sobre los escenarios que hemos elaborado alrededor de ellos. Escenarios de promesas de primer mundo, y búsquedas dudablemente alcanzadas o entorpecidas.


Fue en Caracas Venezuela en el año 2007, durante el primer encuentro de espacios independientes Iberoamericanos que organizó la ONG (organización Nelson Garrido), que en lugar de una ponencia se realizó por primera vez esta acción: en las espaldas de seis atletas estaban dibujadas las siguientes imágenes; Maria Lionza sobre la danta (Figura del espiritismo), Simón Bolivar, José Gregorio Hernández, Susana Duijm, Guaicaipuro y las torres del silencio. Mientras corrían, uno después de otro, estas representaciones de importantes personalidades se desleían en los dorsos.


Después en Ecuador, otros latinoamericanos trotaban sin desplazarse, llevando las figuras de; Julio Jaramillo, Eloy Alfaro, Manuelita Sáenz, el monumento a la mitad del mundo, el sol de oro y el sucre. Luego en Colombia, otros amables voluntarios, portaron, mientras se ejercitaban,  las imágenes de; Pablo Escobar, Juan Valdez, la paloma de la paz (Instaurada como ícono por Belisario Betancourt), el Pibe Valderrama, Jorge Eliécer Gaitán y el croquis de Colombia, hasta hacerlas disolver, siempre en sus espaldas, delante de nuestra mirada, lejos del alcance de los trotadores.


Emergía México nos muestra ahora el esfuerzo de ocho cuerpos, por deslicuar en cada revés a; la Virgen de Guadalupe, al Santo, La Catrina, Tonatiuh, al Escudo Nacional, el Chile, Pedro Infante y Emiliano Zapata.  Esta labor nos sugiere las potentes conexiones entre esas memorias consolidadas por motivos, políticos, religiosos, deportivos, espectaculares y hasta especulares. No sólo por la inclusión de este concepto de memoria energética (emergía), sino por la puesta en marcha de otros elementos que convierten y proponen estos íconos como imágenes desleídas, una acción que le apuesta a des-leer las consecuencias del espejo de la identidad nacional.


En estos reveses se atenúan ciertas expresiones de pensamientos, ideas o conceptos, como indicaría la aplicación castellana de desleír, que en este caso, se han enquistado en el lugar común de nuestros adorados o repudiados estandartes nacionales. También hay una desunión de efigies marcadas en nuestra historia, aquí desligadas por la pintura y el sudor, asumidos como materialidades comunes al arte y que permiten escribir y describir nuestros cuerpos sometidos al desgaste de energía. Esta acción se puede leer como una inversión de esas sumisiones, acaso una   desfiguración, constatada en los inesperados dibujos resultantes.


Las improntas derivadas de este proceso, en muchos casos se asemejan a las apariciones mistificadoras en mantos, paredes y tazas sacralizadas, pero su realización como imágenes está desvelada, es un ejercicio continuo. Ya es posible tras esto, que el que tenía detrás un tatuaje temporal, quién corría sin rumbo, enfrentando a un muro, observe sin más, que su actividad incide en la forma, provisionalmente definitiva, de representar nuestros hitos.Imágenes que han quedado a nuestras espaldas, y que por un esfuerzo, algunas más que otras, se desfiguran para imprimirse como “apariciones” en un papel.

 

Andrés Jurado Uribe Profesor del Departamento de Artes Visuales de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia.


Publicado en diario UnoMásUno 18 de Febrero de 2009 Descargar PDF

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